Reluce en tu mirada el trémulo despertar
De esa luz, que débil se agita,
Tras los espasmos de un sentimiento.
Para convertirse en una estrella, que Ahíta
por la oscuridad de las sombras
Emerge palpitante, viajante
Por almas enbravecidas de sensaciones aún no escritas.
Vive en los sueños perdidos en ese abismo,
- tranquilo, no sufras.
La voz del viento recogerá los pétalos caídos,
Relegados en tu memoria al olvido.
Porque nunca sabras cuando creciste
Dejando atrás el dulce páramo de las ilusiones.
escondido tras el velo de la esperanza,
que cautiva reluce, debil,
aún en tu alma desalentada.
No dejes que esa lágrima caiga,
Para juntarse con el agua del pozo de los deseos,
Donde se narran cuentos, silenciosos, evocadores,
A la luz de la luna que descubre
Aquello que el hombre había
Guardado durante años en la oscura noche.
Hago de tus recuerdos el recuerdo del pasado,
Donde tus ojos no eran
Más
Que el espejo de tus sentidos despiertos ,
Palpitantes frente al desaliento de tus pensamientos.
Escucha el caer de las gotas del destino,
Sobre la seda martillean las manchas de vino,
Sobre tu vestido tejido por mano cautelosa,
Sobre el amanecer que descansa sobre nuestros cuerpos
Ya desnudos tras la noche de tormenta.
Expiradas nuestras almas tras el deseo
Del fulgor eterno de la tierra.
Refugiada entre la maleza del camino se esconde,
El vuelo irrumpido del ave cautivo,
Que liberarás tras el estío,
Entre mis brazos, conmigo.
Tansolo te siento en el recuerdo,
De esa noche que se aleja tras las estrellas,
Encendidas al unísono por esa magia que nos lleva,
A ese mundo perdido de este mundo,
Donde solo valen tus murmullos para
Devolverme a la luna, mi hogar, mi patria.
Miryam Lago
